(Técnica mixta y transfer sobre madera. Tríptico, 150 x 45 cm)
Esta obra es una interpretación de la conocida obra mitológica; que evoca una mirada al pasado para comprender nuestro presente con el desnudo como eje principal.
Según J. Berger
“Estar desnudo es ser uno mismo. Ser un desnudo equivale a ser visto en estado de desnudez por otros, y sin embargo, no ser reconocido por uno mismo. Para que un cuerpo desnudo se convierta en un desnudo es preciso que se le vea como un objeto. (y el verlo como un objeto estimula el usarlo como un objeto). La desnudez se revela a sí misma. El desnudo se exhibe.”
Esta obra parte de un proyecto que trata entre otras cosas la precariedad y lo alienado del comercio en nuestros días. Los tickets representan la huella del paso del cliente y los cuerpos desnudos recuerdan por un lado a ese ciclo histórico y por otro se representa el cuerpo femenino expuesto como un objeto.
Dos ideas integradas a través de la pintura. Grafismo y color se dan la mano para criticar un comercio agresivo en todo los sentidos, que va del objeto a lo humano. Si bien el desnudo es tratado aquí de forma objetual, nuestras musas luchan por sobreponerse a ser código de barras entrando y saliendo de ese “fondo de ticket” y apostando por la desnudez, REVELÁNDOSE A SI MISMAS.